19 de agosto de 2020
Ruth Quevedo Fique
Introducción
La experiencia de la política pública hacia la población recicladora en la administración de Gustavo Petro en Bogotá, es la semilla para la construcción de una política pública que reconozca la economía de los sectores populares. La actividad del reciclaje es un oficio que durante décadas ha sido realizado por la población trabajadora, que día a día ha construido sus rutas históricas y que está prestando un servicio a la ciudad poco reconocido y valorado: evitan el enterramiento de residuos no perecederos que contaminan y evitan tener que agredir la naturaleza para sacar materia prima.
El reciclaje, en una economía periférica como la nuestra, generalmente es realizado por una población que ante la carencia de oportunidades debe recurrir a recuperar de la basura el material aprovechable. Al igual que el cirujano, deben diseccionar cuidadosamente la basura para recuperar el material utilizable, y por eso en Argentina los llaman “cirujas.”
El reconocimiento del trabajo de la población recicladora fue un elemento central de la política de la administración Petro. Ese reconocimiento se materializó en el pago de una tarifa por su labor y en la participación de sus organizaciones en la construcción de la política pública de aseo a través de las Mesas de Participación. Se trata de un enfoque “distinto al modelo estándar de redes de asistencia social para luchar contra la pobreza”, como lo señala Quevedo aquí. No se trata de asistir a las poblaciones y apaciguarlas con subsidios. Se trata de reconocer y remunerar su trabajo y de crear con sus organizaciones la política pública.
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Basura Cero. Experiencia de una política pública
para la Economía popular – Desde abajo