En Europa, el movimiento de ciudades de acogida, refugio y solidaridad está cobrando cada vez más ímpetu. Los grupos de la sociedad civil, las personalidades políticas locales y las administraciones municipales se resisten así a las crecientes restricciones impuestas por las políticas fronterizas y migratorias europeas y nacionales. Al mismo tiempo, están desarrollando políticas municipales concretas para la protección o la inclusión social de las personas en situación de residencia precaria. Por último, pero no por ello menos importante, articulan un discurso radicalmente opuesto al auge, en toda Europa, de los partidos de derecha que promueven el cierre de las fronteras y la criminalización de las y los migrantes.
Los debates políticos y de la sociedad civil perfilados aquí muestran también el creciente interés de los actores de izquierda en Europa por las experiencias e ideas de otras “ciudades solidarias”. Sin embargo, las condiciones preexistentes, tanto administrativas como políticas, y también los actores implicados, las prioridades y los enfoques de acción varían de un caso a otro. En otras palabras, no existe un concepto uniforme de ciudad solidaria.