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Reflexiones sobre grupos antiderechos en el Festival Zarelia
Por Verónica Calvopiña Panchi[2]
La extrema derecha avanza en América Latina y algunos países de Europa. No solo tiene a sus líderes dirigiendo Estados, sino que su pensamiento en contra del feminismo, la diversidad y los derechos humanos se extiende en la academia, la cultura, los medios de comunicación y las redes sociales, a través de influencers y activistas.
Durante la edición 2024 del Festival Zarelia, que congregó a medios digitales y comunicadoras feministas de la región, se reflexionó sobre la ebullición de los grupos conservadores, antiderechos y de derecha, y de cómo sus ideas se han convertido en discursos de odio, que se materializan en violencia y atentan contra la seguridad y la vida, principalmente de mujeres y diversidades activistas, periodistas o militantes[3].
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“En El Salvador, tenemos un Gobierno que se opone a los derechos de las mujeres”, declaró Clanci Rosa, periodista de la revista La Brújula de ese país, durante el Festival de Medios Feministas Zarelia. Según Rosa, durante el mandato de Nayib Bukele (2019-2024), se ha desmantelado “la institucionalidad de la garantía del derecho de las mujeres”. Esto ha significado el ascenso de grupos antiderechos y el fortalecimiento de sus acciones en ese país. “Cuando un Gobierno dirige políticas y acciones antiderechos, da la pauta para que los grupos que se oponen a los derechos de las mujeres y diversidades puedan hacer lo mismo”, asegura la periodista.
Pero el gobierno de Bukele no solo ha centrado su ataque en las mujeres y diversidades sexuales, sino también en periodistas y defensores de derechos humanos. En el Foro “Violencias contra mujeres periodistas y comunicadoras en contextos de autoritarismos, políticas antiderechos y discursos de odio, Clanci Rosa dio como ejemplo, los ataques machistas y misóginos por parte de funcionarios públicos hacia mujeres periodistas en El Salvador, lo que, según la periodista, repercute gravemente en su trabajo, provoca la autocensura y, en muchos casos, el abandono de la profesión. “Hay un Estado que no da garantías para el ejercicio del periodismo […]. Esto silencia historias importantes y socava el papel fundamental de la prensa en la promoción de la igualdad de género y los derechos humanos. Si las mujeres periodistas dejamos de hacer periodismo, hay historias que no se van a contar”, resaltó Rosa.
Esta situación es señalada por la Asociación de Periodistas de El Salvador, que denuncia persecución, hostigamiento y ataques cibernéticos a periodistas, defensores ambientales y defensores de derechos humanos, documentados en el Informe “Escucha Digital. Periodo enero – junio 2024”. Esta organización también señaló que, en 2023, hubo un aumento del 700 % en los discursos estigmatizantes, así como un 658 % en agresiones y ataques y un 383.3 % en restricciones al acceso a la información pública. Esto repercute en un incremento de la censura. Para Clanci Rosa, en El Salvador existe “censura, intimidación y acoso hacia periodistas que desafían las narrativas oficiales, especialmente a aquellas que abordan temas de género y derechos humanos de las mujeres. La concentración de poder y el debilitamiento de las instituciones democráticas ha creado un ambiente de hostilidad, donde las voces críticas —incluidas las feministas— pretenden ser silenciadas mediante la violencia basada en género”.
Lo que sucede en El Salvador también pasa en otros países de América Latina y Europa, gobernados por partidos y políticos adscritos a la extrema derecha, o como la define el influencer y escritor conservador Agustín Laje, “derecha distinta, derecha con los pantalones bien puestos”. Cristina Vega, profesora investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) de Ecuador, señaló durante el Zarelia que “en Europa hay fuerzas, partidos, movimientos, plataformas, políticos de derecha que tienen mucha fuerza. Estoy pensando en Vox, pero también en Marine Le Pen, Giorgia Meloni, y en América Latina en algunas figuras que están amplificando este discurso porque han llegado a los Gobiernos. Es el caso de Nayib Bukele o [Javier] Milei”.
También están los gobiernos dirigidos por representantes de la élite económica y otros que, aunque no se reconocen en la extrema derecha, muestran fuertes rasgos autoritarios, nacionalistas y conservadores. Estos gobiernos, para Vega, han radicalizado sus posiciones en apoyo al libre mercado y los grandes capitales, arremetiendo contra la preeminencia del Estado, las tendencias de izquierda, la política tradicional, los feminismos o los derechos humanos.
Así, por ejemplo, Javier Milei, presidente de Argentina, durante el Foro Económico de Davos, Suiza, el 17 de enero de 2024, decía: “En lo único que devino esta agenda del feminismo radical es en mayor intervención del Estado para entorpecer el proceso económico y darle trabajo a burócratas que no aportaron nada a la sociedad”. De la misma manera, Giorgia Meloni, presidenta de Italia, quien durante la convención Europa Viva 24, organizada por el partido español Vox, exclamó: “Toda nuestra identidad está atacada, pero nosotros no lo permitiremos. Yo soy Giorgia, soy una mujer, soy una madre, soy italiana, soy cristiana. No me lo pueden quitar”. También los gobiernos de Nayib Bukele, en El Salvador, o Daniel Noboa, en Ecuador, se asientan sobre un discurso basado en el miedo, la seguridad y la militarización de la sociedad.
Dichos rasgos autoritarios y antiderechos los podemos evidenciar en los discursos de estos gobiernos, en su forma de hacer campañas presidenciales, gobernar o expresarse en redes sociales. Donald Trump, en 2015, mientras era candidato a la presidencia de Estados Unidos, decía: “Cuando México envía a su gente, no envía lo mejor, no envía gente como tú. Están enviando gente con montones de problemas. Están trayendo drogas, están trayendo crimen, son violadores y algunos, asumo, que son buenas personas”. En Argentina, en cambio, el Informe del Observatorio de Crímenes de Odio LGBT+, de la Defensoría del Pueblo de Buenos Aires, las expresiones de miembros del partido La Libertad Avanza, durante la campaña presidencial de 2023, en contra de las diversidades sexogenéricas y la igualdad de género construyeron “un clima de segregación, rechazo y discriminación; el terreno más fértil para las violencias hacia los colectivos históricamente vulnerables”.
Este tipo de regímenes muestra que nos encontramos en un momento de desdemocratización, como señala la académica estadounidense Wendy Brown. En otras palabras, la democracia ha sido cooptada por el neoliberalismo, aliado al conservadurismo o al fundamentalismo religioso, principalmente evangélico. De allí que Aylinn Torres identifica “una ola neoconservadora global y regional” que tiene su último despliegue desde 2015, y donde confluyen “actores políticos con explícitos programas de derechas y ultraderechas; fundamentalismos o neointegrismos religiosos; cámaras empresariales y actores económicos neoliberales, y conservadurismos de vieja data presentes en gobiernos de distinto signo político”.
Al respecto del aparecimiento de líderes de extrema derecha, las profesoras Cristina Vega y Martha Cabezas aseguran que se trata de “un giro autoritario dentro del proceso neoliberal”, que además se caracteriza por su “propuesta familista”. Basadas en Wendy Brown, ambas profesoras explican que los planteamientos de los grupos conservadores de preservar la familia y la sexualidad heterosexual son compatibles con lo neoliberal ya que este sistema necesita de “familias bien organizadas en torno a una autoridad patriarcal para que soporten las cargas del neoliberalismo”, explica Cabezas.
Cristina Vega también señaló que: “estos movimientos reactivos contra el aborto, los derechos sexuales y el matrimonio igualitario han sido muy claves en el reposicionamiento de las derechas en nuestros países. Yo creo que esos movimientos y plataformas crean una base para consolidar una fuerza moralizante por parte de las derechas y, ahora, derechas cada vez más autoritarias”.
Sin embargo, las posturas en contra de los derechos sexuales y de las mujeres no es exclusiva de los regímenes de extrema derecha. Líderes vinculados con la izquierda, como Nicolás Maduro o Daniel Ortega, también han arremetido contra periodistas feministas y activistas de derechos, los han acusado de ser opositores, los han censurado o han ocasionado el cierre de espacios y organizaciones.
“En estos momentos tenemos bastantes actores que se están coaligando a escala internacional y que están en contra de los derechos de las mujeres y diversidades sexuales, a pesar de que existe un movimiento feminista y de las diversidades muy fuerte, que tiene un discurso propositivo, un discurso de alianza, de apertura, que obviamente contrarresta mucho estos discursos que, a escala internacional, están siendo importantes”, aseguró Cristina Vega.
¿Cómo se convirtió el feminismo en enemigo de la extrema derecha?
El 2018 fue clave para los derechos sexuales y reproductivos en América Latina. En Argentina, a inicios de ese año, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto presentó un proyecto de ley para despenalizar la interrupción del embarazo en ese país. El pañuelo verde apareció como símbolo de la lucha a favor del aborto y se expandió en toda la región. La votación en el Congreso y el Senado en ese momento no fue la esperada y no fue hasta 2020 que pudo ser aprobada. En México, la Suprema Corte de Justicia despenalizó el aborto a escala federal en 2018, facultando a los estados mexicanos a aprobar leyes a favor y en garantía de este derecho.
La Marea Verde avanzó por otros países de la región. Aunque no hubo avances en todos, el debate se instaló a nivel parlamentario y social. Así, en Ecuador se intentó, sin suerte, despenalizar el aborto luego de una violación en el Código Penal en 2019. Pero fue recién en 2021 cuando la Corte Constitucional aprobó la despenalización y se logró una ley, aunque restrictiva. Mientras que, en 2022, la Corte Constitucional de Colombia legalizó el aborto hasta la semana veinticuatro.
A la par que la Marea Verde se acrecentaba, por otro lado, sacerdotes, religiosas, líderes de organizaciones católicas y evangélicas, así como sus seguidores, se movilizaron públicamente a través de acciones como la campaña “Con mis hijos no te metas”, nacida en Perú en 2016, que recorrió varios países de América Latina, y rechazó lo que denominan la “Ideología de Género”. Estos grupos, autodenominados provida, además, hicieron lobby político ante las instituciones legislativas de sus países, para impedir que se aprueben leyes a favor del aborto o del matrimonio igualitario.
Los grupos antiderechos dieron un salto a la política o buscaron alianzas con partidos o movimientos de diferentes tendencias para buscar la presidencia de sus países, o para formar bancadas legislativas denominadas provida, a fin de buscar cambios en leyes, para restringir cualquier avance relacionado con el aborto o los derechos sexuales. En Costa Rica, Fabricio Alvarado, cantante y pastor evangélico, fue candidato presidencial en 2018; Chi Hyun Chung, médico y pastor, se presentó a elecciones en Bolivia en 2019; Gerson Almeida terció por la presidencia de Ecuador en 2021, junto con la activista católica Martha Cecilia Villafuerte.
Otros países, como Brasil o Estados Unidos, llegaron a tener mandatarios articulados con grupos antiderechos, militaristas o evangélicos. Estas alianzas se manifestaron en el direccionamiento y acciones que siguieron sus gobiernos. Así, por ejemplo, Jair Bolsonaro, en Brasil, y Donald Trump, en Estados Unidos, se caracterizaron por su negacionismo frente a la pandemia de la COVID 19, lo que repercutió en la disminución de las políticas públicas en salud y el acceso a vacunas. La investigadora Aylinn Torres, en su libro Derechos en riesgo en América Latina. 11 estudios sobre grupos neoconservadores, menciona: “El negacionismo no solo ha provenido de estas voces, sino que ha sido un programa presente también en algunos gobiernos, especialmente en Brasil y, en una primera etapa, en México. Otros actores neoconservadores religiosos han desplegado estrategias diversas, aunque convergentes: difundir remedios falsos (como tomar té de canela tres veces al día para evitar el virus), instalar una narrativa de las comunidades evangélicas como guerreras espirituales contra la pandemia o convocar a resolver la situación con ayunos y oración”.
Con Donald Trump en la presidencia y Mike Pence en la vicepresidencia de Estados Unidos, entre 2017- 2021, la presencia de iglesias y líderes evangélicos dentro del Estado estadounidense fue más significativa, al punto que formaron parte de su consejo asesor presidencial. Durante el mandato de Trump, recibieron aportes de miles de dólares en compensación por las pérdidas sufridas en la pandemia; esto mientras hacían alianzas en otros puntos del continente mediante iniciativas como Capitol Ministries, que busca capacitar a políticos bajo una visión cristiana de la política, como lo reseñó Agencia Pública de Brasil, en 2019. Sin embargo, lo más controversial durante el mandato de Trump, fue la decisión de la Corte Suprema de este país de anular la sentencia Roe vs. Wade, que permitía el aborto a escala federal, tema que se debatió en la última campaña electoral por la presidencia en Estados Unidos. Trump vuelve a la presidencia estadounidense en 2024, lo que supone que en su nuevo mandato se mantendrán políticas antimigrantes y antiaborto, además de que su presencia en la Casa Blanca revitalizará a líderes y activistas de extrema derecha, grupos evangélicos y antiderechos.
En Brasil, en cambio, a más del negacionismo de Bolsonaro se pueden anotar sus acciones en contra del género y del feminismo. El ex presidente convirtió al Ministerio de la Mujer en Ministerio de la Familia, lo que dio un giro radical a las políticas sobre salud sexual, las que pasaron de la prevención a promover la abstinencia sexual entre adolescentes. Otro ejemplo, fue Bolivia, en 2019, cuando Jeannine Áñez, junto con Fernando Camacho, se tomó el Palacio de Gobierno con una Biblia evangélica en la mano, mientras quemaba la wipala, desconociendo el Estado Plurinacional establecido en la Constitución vigente desde 2011. En Perú, en cambio, las iglesias y bancadas antiderechos apoyan la presidencia de Dina Boluarte y no han faltado los intentos por restar los derechos de las diversidades sexuales.
Mientras que, en Ecuador, Daniel Noboa llegó a la presidencia con Verónica Abad, activista católica antiderechos, que se autodefine como liberal, defiende el libre mercado y la reducción del estado en materia de derechos. Según Abad, el plan de gobierno de su binomio fue reconocido por el Foro Liberal para América Latina, una plataforma regional formada por representantes de partidos de derecha. Aunque Noboa como tal, no se define como de extrema derecha, ha impulsado fuertes medidas económicas (eliminación de subsidios, alza del impuesto a la renta), mientras impulsa un conflicto armado interno que le permitió militarizar el país.
Las consecuencias del discurso antiderechos de la extrema derecha
Los gobiernos de extrema derecha dicen defender la familia tradicional, la religión, a sus países, la cultura occidental y el modelo económico capitalista, por lo que se declaran en contra del feminismo y del género, a los cuales ven como un enemigo que se debe eliminar de lo estatal y social. Es así que este tipo de líderes han reducido o limitado el accionar de instituciones públicas relacionadas con los derechos de las mujeres y diversidades sexogénicas, al igual que la educación sexual en los colegios y el enfoque de género en la educación, la política o la cultura. De allí que para la investigadora Aylinn Torres, en su libro Derechos en riesgo en América Latina, “la política sexual se ha vuelto inseparable de las dinámicas de desdemocratización. No estamos hablando de procesos marginales, sino de un nudo central en la política global”. Durante el 5.º Festival Zarelia, Torres explicó que una de las estrategias de los actores antiderechos es adueñarse de temas como la vida o la familia, puesto que logran “establecer asociaciones negativas entre libertad y progresismo o comunismo; entre vida y aborto; entre familia y feminismo”.
Pero el pensamiento de los grupos conservadores y antiderechos no solo se expresa a través de sus líderes, sino que, cada vez con más frecuencia, encuentra cabida en espacios públicos como las redes sociales, donde se amplifican los discursos en contra del feminismo, la diversidad, los derechos sexuales de las mujeres o su participación. También se manifiestan mediante campañas de desinformación o fake news, que son usadas para menoscabar la imagen de diversos grupos sociales, así como a través de la creación y el uso de plataformas digitales para generar su propia información e incidir en lo público. La organización Comunicación para la Igualdad, en su último estudio Nuevas Derechas y Comunicación, identificó que, en Argentina, la propaganda de las nuevas derechas usa las redes sociales a través influencers de sexo masculino. El 60% de los contenidos que tratan estos espacios promueven una agenda antigénero, a través de estigmatizaciones del feminismo y las feministas. “La percepción de estos sectores es que el feminismo se está expandiendo de una forma que amenaza los valores acordes a los que desean vivir. No perciben la ampliación de derechos como beneficios para mejorar la vida de sectores hasta ahora excluidos, sino como un dogma que se les impone a sus propias vidas”.
La investigadora Aylinn Torres señaló, durante el Zarelia, que las agendas de los grupos antiderechos se expanden no solo entre las élites de poder político, sino también en otras esferas sociales: “Cuando pensamos la política antidemocrática, antiderechos y antifeminista, no se trata de actores y agendas que se puedan explicar solo por la vía de la acción de ciertas élites que oscurecen y manipulan grupos sociales para lograr sus fines. Por supuesto que es eso, pero no solo eso. La expansión del conservadurismo y, en general, de la política antiderechos en el país, en la región, y en el mundo tienen que ver con las formas en las que esas agendas antifeministas y esa política anti derechos se ha expandido y reproducido en hondos procesos de fermentación social. La sociedad argentina votó a Milei”. En otras palabras, el pensamiento antiderechos ha crecido y abarca temas éticos, científicos, legales, médicos o académicos. Cada vez son más los espacios, principalmente en redes sociales y medios de comunicación, llevados por voceros o influencers de la extrema derecha, que proponen su visión antiderechos sobre la vida, la familia, la libertad o el nacionalismo, asegurando que se tratan de ideas naturales y que, por tanto, no pueden ser cuestionadas.
Marta Cabezas y Cristina Vega aseguran que se trata de una reacción antifeminista y patriarcal —machosfera— donde confluyen diversos actores para menoscabar los derechos de las mujeres o difundir la idea de que la masculinidad es atacada por el feminismo. “Hay todo un ecosistema reactivo que no solo va en contra del derecho de las mujeres y de las diversidades, sino también en contra de los migrantes con discursos racistas”, señaló Cristina Vega en el marco del Festival Zarelia.
Estos discursos trascienden desde las redes sociales, y penentran el accionar público. En Argentina, en mayo de 2024, se registró el lesbofemicidio de Pamela Fabiana Cobas, Mercedes Roxana Figueroa y Andrea Amarante, quienes fueron asesinadas, producto de un ataque con una bomba molotov. Estos femicidios fueron considerados por organizaciones feministas como un crimen de odio. Camila Parodi de revista Marcha, de Argentina, durante el foro “Violencias contra mujeres periodistas y comunicadoras en contextos de autoritarismos, políticas antiderechos y discursos de odio”, realizado durante la 5.ª edición del Festival Zarelia, señaló que durante el gobierno de Milei ha existido unacreciente persecución de voces disidentes, mediante la difusión de información personal con fines políticos o doxeo; así como la propagación de fake news y el uso de trolls pagados en redes sociales. Además de su rechazo al feminismo, el gobierno de Milei se caracteriza por su negacionismo climático y la privatización de recursos, así como por la entrega de la soberanía popular, militarización territorial, opresión y control social. Camila coincide en que la presencia de un gobierno autoritario, como el de Milei, ha incidido en la respuesta violenta que los grupos antiderechos han tenido en contra de activistas sociales u organizaciones feministas: “La situación es bien compleja porque, ciertamente, es de respuesta y de odio a quienes hemos defendido la vida y los derechos todos estos años, a quienes hemos protegido a la población y los territorios”.
Asimismo, en Brasil, durante el gobierno de Michel Temer (2016-2018) fue asesinada la concejal socialista de Río de Janeiro y activista de derechos humanos, Marielle Franco. Este asesinato es considerado un crimen político, por su militancia y oposición a la militarización de las favelas en Río de Janeiro y a la presencia de grupos armados en los barrios. El ex presidente Jair Bolsonaro fue acusado de presionar a los fiscales que investigaban el hecho.
Frente a la reacción patriarcal, el periodismo feminista se presenta como una opción. Primero, porque permite acercarse y denunciar las dinámicas de los grupos antiderechos, pero también porque puede crear otras narrativas para abordar lo social y visibilizar distintos temas. Al respecto Cristina Vega, profesora de FLACSO Ecuador, mencionó: “Yo creo que es muy importante tener presente la fuerza de los feminismos para abrir unos discursos de inclusión, de diversidad y de ampliación de derechos que contrarresten también los lenguajes —esos de vida, familia y libertad— con los que ellos pretenden decir que son los defensores de la familia, los defensores de la libertad y de la paz, cuando sabemos que son fuerzas militaristas y autoritarias”.
Clanci Rosa, integrante de revista Brújula de El Salvador, destacó, en el Festival Zarelia, el trabajo en red de los medios y colectivos feministas, reconociendo la capacidad de agencia y el aporte de las mujeres en los territorios. Rosa también realzó la necesidad de fomentar los diálogos intergeneracionales para rescatar aprendizajes de las generaciones anteriores de feministas que vivieron contextos similares, así como priorizar el autocuidado colectivo y la empatía.
De su parte, Camila Parodi, de la revista Marcha, mencionó: “Con esas narrativas vitales es que estamos reinventando el mundo, repensando las formas de relacionarnos y de cuidarnos en un modelo, en un mundo, que solo intenta imponer el miedo, la violencia y la desigualdad”. Así mismo en el foro “Violencias contra mujeres periodistas y comunicadoras en contextos de autoritarismos, políticas antiderechos y discursos de odio, Parodi hizo un llamado a oponerse al fascismo, destacando que es vital promover una narrativa que se centre en la vida, el cuidado y el bienestar: “Nos oponemos a que el enojo sea un proyecto político para los pueblos. Desde ahí es que queremos comunicar (en Marcha). Necesitamos de esa otra narrativa vital que pone a la vida en el centro, que está sucediendo en nuestros territorios, que la están construyendo los movimientos sociales y campesinos, y que también nuestros placeres y lo que nos queda de salud mental sea preservado en estos contextos y por nosotras mismas”, reflexionó Parodi.
Para las panelistas del Festival Zarelia, edición 2024, es clave conocer las estructuras y estrategias de los discursos antiderechos, para proponer tácticas más efectivas. Una de las conclusiones de este festival fue señalar que el periodismo feminista tiene la oportunidad de desarrollar narrativas que respondan de manera crítica y directa a las acciones y políticas de los grupos antiderechos. Esto permitirá construir herramientas comunicativas que defiendan los derechos humanos, desafíen el retroceso en conquistas sociales, y promuevan la igualdad y justicia para todas las personas.
Referencias
Libros e informes web
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Chaher, Sandra. (2022). Nuevas derechas y propaganda ¿Qué dicen de los feminismos en You Tube y Tik tok?. 1.ª edición. Libro digital. Comunicación para la Igualdad.
https://comunicarigualdad.com.ar/nuevas-derechas-y-propaganda/
Torres, Aylinn (editora). (2020). Derechos en riesgo en América Latina. 11 estudios sobre grupos neoconservadores. Fundación Rosa Luxemburgo.
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Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (2023). Informe Anual del Observatorio Universitario de Derechos Humanos. Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.
https://oudh.uca.edu.sv/cms/publicaciones
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https://apes.org.sv/wp-content/uploads/2024/09/Informe-ED-V4_compressed.pdf
- Artículos de prensa
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https://apublica.org/2019/08/os-pastores-de-trump-chegam-a-brasilia-de-bolsonaro/
Pasik, Vanina. (2023, 28 de noviembre). Agresiones y mensajes de odio a personas LGBT tras el triunfo de Milei. Agencia Presentes.
Wambra Medio Comunitario. (2020, 9 octubre). Especial Wikiantiderechos: los rostros del Lobby Conservador. Wambra.ec
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Wambra Medios Comunitario. (2022, 26 enero). Los Elegidos de Dios. Ecuador . Wambra.ec
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Wambra Medios Comunitario. (2023, 26 enero). El conservadurismo, la religión y los discursos antiderechos se cuelan en las elecciones. Luisa González y Verónica Abad. Wambra.ec
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Wambra Medios Comunitario. (2024, 29 febrero). 100 días de shock económico durante el conflicto armado interno. Wambra.ec.
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- Videos, conferencias y artículos en Youtube
Torres, Aylinn (2024). Mesa Desinformación, discursos antiderechos y de odio, ¿qué puede hacer el periodismo? Festival Zarelia, edición agosto 2024
Cabezas, Martha. [Canal de Youtube del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz] Conferencia: La reacción patriarcal: machosfera, masculinismo y ultraderecha. 16 dic 2022
https://www.youtube.com/watch?v=7Cad7xRyTJ0&t=1506s
Laje, Agustín. [Canal de Youtube Agustín Laje] Agustín Laje contra la Derechita cobarde en Tv. 11 de julio 2024 https://www.youtube.com/watch?v=0tsENf8LqGo
Grupo Milenio. Javier Milei se lanza contra la justicia social y el feminismo; alerta que «Occidente está en peligro». 17 de enero 2024
Corriere della Sera. Meloni a Madrid: «Yo soy Giorgia, soy una mujer». Così ha tradotto il suo tormentone in… 11 oct 2021
Torres, Aylinn. Mesa Desinformación, discursos antiderechos y de odio, ¿qué puede hacer el periodismo? Festival Zarelia, edición agosto 2024.
https://www.youtube.com/watch?v=Sw5vcSmxjwg
- Videos
Entrevista a Cristina Vega. Festival Zarelia. Edición agosto 2024.
Entrevista a Camila Parodi. Festival Zarelia. Edición agosto 2024.
Entrevista a Clanci Rosa. Festival Zarelia. Edición agosto 2024.
[1] Fotografía: Janitoalevic, via Wikimedia Commons
[2] Integrante de El Churo. Articulista y productora audiovisual de Wambra.ec. Escribe sobre temas de derechos humanos y ambientales. Investigadora acerca de medios de comunicación y concentración de frecuencias en grupos privados y religiosos.
[3] Este artículo fue producido como parte del Festival Zarelia de periodismo, medios digitales, género y feminismos, y contó con el apoyo de la Oficina Región Andina de la Fundación Rosa Luxemburgo, con fondos del BMZ (Ministerio Federal para la Cooperación y el Desarrollo Económico de la República Federal de Alemania).