Entrevista con Aída Avella[1]
Aída Avella es senadora desde 2018 y fue reelegida en las elecciones del 13 de marzo. Es miembro del partido de izquierda Unión Patriótica y superviviente del asesinato masivo de miembros de ese partido. Según la Jurisdicción Especial para la Paz, 5 733 miembros de la Unión Patriótica fueron asesinados entre 1984 y 2018. La Unión Patriótica forma parte del Pacto Histórico.
La alianza electoral de izquierda Pacto Histórico es la facción más fuerte tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados tras las elecciones al Congreso. ¿Qué ha cambiado desde las elecciones de 2018 para que este resultado fuera posible?
En primer lugar, hubo una pandemia mundial. Una parte considerable de las ayudas gubernamentales para solventar la crisis fueron destinadas a las grandes empresas, mientras el desempleo aumentaba rápidamente. Muchas personas no solo perdieron sus trabajos, sino que tuvieron que renunciar a la educación de sus hijos, que ahora no podían pagar. El dinero que debía utilizarse para resolver la situación estaba muy mal distribuido. En Colombia hay 21 millones de personas que pasan hambre y siete millones que viven en la pobreza absoluta. Así que, en medio de la pandemia, surgió un gran movimiento de protesta.
Este levantamiento social fue impresionante. En todas las ciudades, incluso en las medianas y pequeñas, la gente se unió. Nunca ha habido un movimiento tan amplio en la historia política de Colombia. En muchas regiones del país, la protesta tenía un denominador común claramente identificable: el hambre. La gente prefiere morir en la calle que morir de hambre. La respuesta del gobierno a la revuelta estuvo acompañada de violaciones a los derechos humanos, muchos jóvenes murieron, otros sufrieron heridas graves en el rostro o perdieron la vista. Debido a estos numerosos abusos de los militares, los jóvenes protestaron aún más.
Un alto porcentaje de la clase media de pronto se encontró contabilizado entre los más pobres. En cierta medida, esto llevó a un cambio de pensamiento entre la población, reflejado en las elecciones. El aumento de la pobreza y la desigualdad en Colombia tiene graves consecuencias. El resultado de las elecciones conviene ahora a los que siempre se han opuesto a todos estos males, en definitiva, es un castigo para el establishment.
Las mujeres también obtuvieron más representación en estas elecciones. De los veinte senadores del Pacto Histórico, la mitad son mujeres. En todo el parlamento, cerca de un tercio son mujeres, lo que supone un avance de proporciones históricas. Los mandatarios del Pacto Histórico proceden de distintas partes del país y de diferentes ámbitos de experiencia y antecedentes sociales. Todo el país está representado.
En este momento, todas las encuestas predicen que Gustavo Petro será el nuevo presidente de Colombia. ¿Qué cambios podría lograr un gobierno progresista y cuáles serían sus límites?
No solo tenemos al candidato más popular a la presidencia, sino también a una destacada candidata a la vicepresidencia, Francia Márquez, quien es un fenómeno político. En las primarias internas del Pacto Histórico, incluso como segunda, recibió más votos que Sergio Fajardo, el candidato de la alianza Coalición Centro Esperanza, políticamente liberal. Ha recibido el Premio Nobel alternativo de Medio Ambiente y representará a personas y zonas del país que nunca han tenido voz. Mucha gente se identifica con ella porque es una mujer del campo, una afrocolombiana que luchó por su río y por su región. Ahora será necesario un gran esfuerzo para ganar en la primera vuelta. Esto requeriría una mayoría absoluta. En la segunda vuelta, todos los que quieren que el establishment continúe se unirán contra nosotros.
Queremos reducir la gran desigualdad en este país tan rico en recursos naturales. En las zonas con yacimientos de oro y petróleo, por ejemplo, suelen faltar carreteras y la gente se pregunta a dónde va el dinero, cuando este termina en los bolsillos de muchos políticos, incluidos algunos senadores y diputados. También hay que fortalecer la agricultura colombiana, la pandemia lo ha demostrado. Necesitamos una agricultura muy fuerte con todo lo que conlleva. La guerra en Ucrania nos muestra que somos dependientes de sus fertilizantes, así como los de Rusia.
También podemos conseguir mucho en el ámbito de la educación. Tenemos que reforzar los aprendizajes técnicos, para los que no quieren estudiar en la universidad, y la atención sanitaria. Hay que acabar con el negocio de la sanidad colombiana. El Gobierno tomará medidas en este sentido aunque, como en todos los cambios, sea necesario un periodo de transición.
Adicional, queremos introducir una nueva forma de gobierno y escuchar a todo el mundo, sea cual sea su espectro político. Petro será un presidente para todos los colombianos. En los casi cuatro años que lleva el Gobierno de Duque en el poder, no ha recibido ni una sola vez a la oposición política, ni ha contestado una sola carta. Esto socava la democracia y no debería ocurrir en un país que se llama a sí mismo democrático; queremos cambiar eso.
El Pacto Histórico es una amplia alianza de la izquierda en Colombia. ¿Cuáles son sus prioridades como Unión Patriótica en un posible gobierno?
En primer lugar, se trata de proteger nuestra agua. Colombia tiene una inmensa capacidad de agua. Tenemos dos océanos, el Pacífico y el Mar Caribe. Tenemos que cuidar nuestros ríos, nuestras marismas, nuestros humedales y todo lo que produce el agua. Una de las principales propuestas de Unión Patriótica es que cada ciudad de Colombia tenga al menos una planta de tratamiento de aguas residuales. Esto significa que nuestros ríos no deben seguir utilizándose como cloacas.
En segundo lugar, queremos ayudar a los ciudadanos a acceder al sistema de pensiones. Si eso no es posible por problemas económicos, deberían recibir al menos media pensión. No se trata de que todos los mayores de 60 o 62 años reciban una pensión de la noche a la mañana, pero avanzaremos. El capital de las pensiones no se construye en ningún lugar del mundo, únicamente sobre la base de las cotizaciones. Es necesario aprender de otras partes del mundo, como en el caso de Noruega, que destina el 35% de sus ingresos petroleros a las pensiones. En Colombia, también podríamos aprovechar parte de los ingresos para reforzar este sistema.
En tercer lugar, se trata de los derechos de las mujeres. En Colombia hay un nivel muy alto de violencia doméstica, pero también de feminicidios. Además, siempre lucharemos para que la salud vuelva a ser un derecho y para que los trabajadores sanitarios sean incluidos en el sistema laboral normal. Esto no puede continuar.
El Pacto Histórico es el grupo más numeroso en la Cámara de Diputados y el Senado, pero no tiene mayoría por sí solo. ¿Qué alianzas tendrá que hacer un posible gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez?
Tendremos que formar una serie de alianzas con las corrientes más progresistas; dentro del Partido Liberal hay candidatos progresistas que han llegado al Congreso y puede haber unos entre los conservadores también. En cualquier caso, los representantes indígenas son muy progresistas y estarán de nuestro lado. Espero que los Verdes también. Por supuesto, habrá diferencias que tendremos que discutir y llegar a un acuerdo. Si tenemos una mayoría, podremos impulsar las principales reformas, pero ello requerirá una serie de alianzas. Creo, por ejemplo, que hay una mayoría para mejorar el sistema sanitario. Y, por supuesto, habrá otras cuestiones, como la reforma agraria. Tenemos miles de hectáreas de tierra que pertenecen al Estado y que podrían distribuirse.
[1] La versión en alemán de esta entrega especial, previo a las elecciones presidenciales colombianas, será publicada en www.rosalux.de
*Elías Korte: Actualmente realiza una pasantía en la Oficina Región Andina de la Fundación Rosa Luxemburgo, en Colombia, como parte de su maestría en Ciencias Sociales. Mantiene un interés especial por los acontecimientos políticos y el proceso de paz en este país, al cual lo ha estudiado a fondo. En su tesis de licenciatura abordó el dominio de los grupos violentos en el departamento colombiano del Chocó desde la perspectiva de la población civil.